Enviado: jueves, 24 de enero de 2008 1:04:21
Bdias, noches. La simetría desde tiempos de la Antigua Grecia ha sido considerada como un don propio de la belleza, el equilibrio y la perfección, así se observa toda ésta filosofía en sus creaciones artísticas en el sello depositado a través de lo atemporal que puede ser el frío mármol, a través de esculturas que idealizaban y ensalzaban el factor de la belleza. Hoy en día, se sigue buscando como mayor don de la belleza el equilibrio en las líneas, aplicadas a diseño industrial y en mayor escala a la arquitectura, la simetría de espacios es extrapolable como don de la perfección a la belleza humana. Los seres humanos, por imperativo de su propia naturaleza para postergar futuras generaciones tienden a mantener relaciones estables fundadas en el vinculo de la familia, una persona, en primera instancia se siente atraído por otra en función de la primera impresión visual que recibe, se busca la simetría, se busca el equilibrio. Dicha característica aventura un individuo de potente carga genética. Yo tengo la cara asimétrica, debido a mi encuentro con el dentista. Si bien no genera dolor, me deforma parte del rostro, lo cual es más destacable si el rostro, como es mi caso, se basa en la extrema delgadez que disfruto, que llevo. Ahora, soy como una especie de queso fundido en una de sus partes, tengo el mentón poderoso, parecido al de cualquier ardilla que en su afán de procurarse alimento almacena en los mofletes las preciadas semillas para ulterior consumo. Me he convertido en una suerte de niño- elefante que observo en las reacciones de quien se apercibe de mi cara. El gentío desconocido, por educación o timidez, por prudencia o sensibilidad evita mi contacto visual. Yo, mientras tanto, desafío con mirada directa cualquier encuentro que se propicie, viajando en metro, los encuentros visuales son múltiples. Monstruosa deformación que se adueña de mi rostro, me recuerda lo vanidoso que siempre he sido, me hace sentir ridículo al emplear mi arsenal de miradas miopes y estudiadas. Ésas miradas que horadaban la curiosidad ajena. Ahora ya no soy simétrico. También, aunque de ésto hace algo más de tiempo, mi simetría a efectos de relación sentimental quedó gravemente dañada. La simetría es equilibrio entre diferentes, entre iguales. Ahora no se da. Hubo un tiempo en que yo diseñaba mi amanecer y atardecer al pairo de la voluntad de Dulcelola, pero de unos días a acá, nada. Pues se puede observar que ir de telonero no siempre promociona a tu banda, a veces la banda telonera es absorbida por la presencia del actor principal, como siempre nunca yo. Nunca yo por varios motivos; posiblemente una cultura matriarcal o el entorno en que me he criado, absolutamente femenino, me ha hecho confiar y dedicar mis mayores pasiones, perversiones, ansiedades, confianza a éste convulso y excitante mundo que manejan las ninfas. He cometido serios errores, posiblemente censurables en grado máximo. Pero el sistema que yo defiendo no es rebanchista, sino reeducativo. No sólo produce estragos una parte de la relación, lo habitual es que sea un trabajo de dos. A su vez, considero que mis bajadas a los avernos del dolor sentimental pagan con creces e intereses de demora cualquier ofensa, basándome en declaraciones de la otra parte. Pero como en " la parte contratante de la primera parte" es todo un totum revolutum en el que pescan pescadores torpes. En el año dos mil cuatro tiró la caña Beatriz, " la desgraciada" desde aquellos no tan remotos tiempos, a lo que Lolita no dejó de jugar. Sin rencor, no pasa nada, estoy por encima de ello. Sus pretensiones de ambición tardo africana, también fueron exigidas sin contrapartida de ningún tipo, yo nunca os he puesto barreras en vuestro desarrollo, no me veo capaz de sabotear a nadie nada en lo que crea.... pero....¿ dónde está mi voluntad? Mi voluntad transita a sotovocce por el sigiloso y profundo mar de la tranquilidad, pero está, latente e imperturbable.Quizás no me supe explicar en su día, pero tantos desplantes y vacíos, han hecho de mi un ser amorfo y asimétrico, siempre pendiente de un capricho, una señal o un que sé yo proveniente de a reina de la copla. Pues no, no es bueno. Me he dejado absorber el coco. Siempre pesarán las veces que sugerí ir a vivir a Almería ( en saco roto), establecernos en Ibiza ( no viable) o terminar en ése magnífico puesto que la ofrecieron por ser la sobrina de quien es en San Fernando (descatalogado). La he visto crecer y hacerse fuerte mientras yo menguaba - el desequilibrio- y creo que estoy cansado de la pija- consentida- pagada- de- si- mismo. Creo que cuando me alejo de su ( basándome en el recorrido profesional de ambos y comparándolos) nefasta influencia sobre mi, empiezo a ser yo. Fuera cadenas que con la voluntad me até, fuera limitaciones, que en pleno uso de facultades acepté. Supongo que a base de apoyar helados guisantes en mi mejilla, la hinchazón desaparecerá y recuperaré mi picassiana simetría. Supongo que si ejerzo mi independencia ( de la que siempre hice gala) e ignoro a la bella indolente, recuperaré mi picassiana simetría. Dios odia a los cobardes, yo también, impiden el avance, la modernidad, la vanguardia. No necesito nadie, he roto con gente importante durante el transcurso de los días, no hay problema. Pero, por favor, tengo derecho a ilusionarme de nuevo y pelear por la vida. Tengo suficiente talento y capacidad de trabajo para no depender más que de mi propio esfuerzo. En ésas estoy, recuperando la simetría por el bien de la belleza, por la calma que en derecho demando. No creo que exista nadie imprescindible, la Naturaleza nos provee de herramientas anímicas y de capacidad de autosuficiencia para no depender de nadie. Me lo enseñó Nadia, que no dependía de su padre muerto, que lo enterró, lo lloró y se fue a trabajar. En África no hay tiempo ni egoísmo para dedicarse a llorar la muerte de los nuestros, se valora la vida por lo efímera que es, por la escasa esperanza de vida, por la juerga que el VIH plantea cada día, por las malarias y tifoideas, por que la vida vale la existencia que la compone, no estoy dispuesto a perder el tiempo, ya que como ser existencialista que me considero, sé que cada día desaparece en algo ocre llamado pasado,para no volver. Quizás transmita rencor, no lo niego, sólo espero que no sea así. Ant, mucho más sereno de lo que aparento.
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