martes, 22 de enero de 2008

Del dolor, del sentimiento.

Del dolor, del sentimiento.

De: 70kilos 257gramos
Enviado: martes, 22 de enero de 2008 14:18:21

Lo relativo de cada situación, hace que me empape de sensaciones, buscando quizás una coherencia en el transcurso de la vida. Dolor el que en su día sentí ante la indolencia de la mujer que dice que está, pero que la realidad lo desmiente. Es un dolor impotente, por cuanto que quien lo padece no tiene más opción que saborearlo, hacerse fuerte, vencerlo o sentirse derrotado. Incluso todo ello sin emplear necesariamente ése orden. Como te he dicho, no es algo que dependa de mí, si no puedo ejecutar para ver el resultado de una acción, me eximo de responsabilidades al respecto y lamo mis propias cicatrices, no heridas. Hoy me he levantado a las 08:45, he pretendido desayunar, pero el hecho de que la cocina etuviera ocupada me ha empujado al baño, donde me he duchado y afeitado, pensando, variando la temperatura del agua. A veces para sentirse vivo, hay que experimentar variación en las sensaciones. Tras calarme el albornoz, he salido de la casa sin despedirme, no creo que sea mi gente la que habita conmigo, nunca lo he creído. Aunque el libro de familia me diga que son mis padres. Pienso que es fácil tener hijos, incluso criarlos, lo que no es fácil es tener padres. El hijo por lo general es un fin buscado, los padres, es algo adquirido, sin aparente explicación. Me he puesto la música en las orejas y me he introducido en el metro, donde no dejo de mirar a los ojos de los viajeros, sin intención, con atención. Salido del hoyo, en Begoña, donde se encuentra La Paz, que no es ni un deseo ni la capital de Bolivia, es un gran hospital público. Como digo, he llegado, he degustado el claro sol matinal y me he perdido buscando el fin de los edificios que construyen a su lado, he recordado cuando de pequeño he venido en alguna ocasión a éste lugar.... por entonces, el edificio hospitalario tenía una presencia y un diseño que calaban, ahora es un dedal rodeado de inmensidad blindada en cristal y recubierta de hormigón. Una amable ATS me ha indicado cómo llegar hasta donde me dirijo " sigue la línea verde" y efectivamente, he llegado. Sillas de insultante plástico naranja llenas de culos, culos de jubilados, sobre todo. Culos de mujeres más que de hombres, de mi edad hay una chica (Leticia) y un pollo, Alejandro, conozco sus nombres pues la megafonía estruendosa hace que unos pacientes y otros nos presentemos de modo involuntario.
** LETICIA------> Leticia es vulgar, gorda y poseedora de enormes pechos, con un chandal gris y una chaqueta rosa chicle, sus pies están acorralados dentro de unas enormes nikes con cámara de aire, aunque al mirarla no acabo de imaginarla haciendo deporte. Su pelo es de un rubio loco, así como su peinado, las raíces aclaran que no es suyo el color, aunque no es necesario. La acompañan dos individuos que se diría son sus padres, él es semi calvo, alto y con aire deportivo, la madre es una odalisca de grandes proporciones, con unas tetas que la impiden verse los pies, ella es cariñosa y afectiva. Muestra interés por mí, la respondo la hora en la que estoy citado, diez de la mañana, cuando ya son las once. Alza las cejas en señal de complicidad, yo la regalo una sonrisa recíproca. Lo mejor de ésas mujeres, las megatetas que penden de su pecho, lo peor, el resto. No paran de hablar de Paris Hilton y de otros muchimillonarios que ellos consideran gente desgraciada (según a qué efectos)
----Ahora siento el dolor, la anestesia se me escurre por las venas----
** ALEJANDRO------> Alejandro parece un tipo aburrido, pero no lo es. Su joven cara tiene vicios de una vejez preconcebida, tiene enormes papos y una ridícula barba que le da un aire adulto. Su camiseta es de Bultaco, ay las viejas motos, su jersey es una prenda impersonal de cualquier HyM o Springfield, sus zapatillas, anodinas, su vaquero pretenciosamente loco, es una caca. El pibe está como distraído y de pronto llega una vieja, él la increpa de modo gracioso, ella le sigue el juego y se juntan. Al rato aparece otra tipejo que se sienta junto a ellos, hablan animadamente de no sé qué asuntos pero noto que él es el catalizador de la conversación. Alejandro no es un tipo aburrido, gesticula, se mesa la melena, observa si alguien le observa. Tampoco creo que sea un tío natural. Me pongo tenso, no saco más jugo de la situación y decido picar la puerta. Me dice una pequeña enfermera con una mascarilla de papel en la boca, que ya me avisarán, es cierto, a las once y media entro. Me acomodo en la butaca, la misma enfermera me realiza dos punciones para dormirme media boca, disfruto con el dolor agudo y concentrado que ésas bonitas manos me infrigen, poco a poco mi boca zumba desde dentro, siento que hace efecto. Me sacan de la sala y me convocan a otra sala. Me recibe una mulata que está follable al ciento por ciento, aunque sexi y provocadora de inoportunas erecciones, se nota su falta de destreza a la hora de colocar el succionador de babas, me hace daño, la jodida, no puedo dejar de perderme en sus enormes ojos rasgados. El doctor es un gallego que dice lo necesariamente oportuno, lo agradezco. Me dice que me van a dar caña por unos veinte minutos, lo cumple. Máquinas de aspecto cortante, tenebroso, brillo terrorífico que entran y salen de mi boca, sonidos, baba difuminada huyendo de mi boca, gasas cachos de pieza que salen, raíz ensangrentada, tejidos sobre la bandeja. Hemos terminado, pregunto a las chicas si me puedo llevar mi muela y me la meto dentro del bolsillo, rodeado de una gasa. Estrecho la mano del doctor, es un profesional que ha hecho un buen trabajo, su equipo también y no dejo de mostrar gratitud. Me entrega un papel en el que figura la recomendaciones que he de observar, otro en el que se habla de AUGMENTINE 500mg/ 8hrs. durante cinco días, IBUPROFENO 600mg/ 8hrs. durante tres cuatro días, NOLOTIL, ampollas en caso de dolor. He decidido observar las recomendaciones, pero eludir el tratamiento posterior para investigar en la flora de mis sentidos cuál es el efecto del dolor físico en mi boca. Según he avanzado en la redacción de l texto, siento las palpitaciones propias del flujo sanguíneo que traslada a las terminaciones nerviosas la sensación de dolor. Trataré de describírtelo, no dejo de sentirme libre y vivo. Quiero aclararte que no tengo ninguna tendencia al sadomasoquismo, simplemente quiero sentir. Ya te contaré en qué acaba ésto. Aún tenemos sol.

Del dolor, del sentimiento II

De: 70kilos 257gramos
Enviado: martes, 22 de enero de 2008 16:18:37



No ha transcurrido demasiado tiempo, maldito dictador el tiempo que ordena y manda cuándo han de ocurrir los acontecimientos. No sé dónde meterme. He estado tumbado en el sofá, he tenido la necesidad de aislarme, he corrido las cortinas gruesas que han dado una tonalidad roja a la estancia, al filtrar los rayos de sol. Rojo pasión, rojo sangre y rojo dolor. Recubriendo cada elemento de la habitación. He sufrido el paulatino abandono de la anestesia, cada vez soy más consciente de mis limitaciones. Dentro de la boca descubro los sabores de una sangre que no tiene punto de fuga, de una sangre que recubre mis paredes interiores bucales, la saliva la conduce. Sabor a sangre propia, sabor a vida propia. ahora el dolor se agudiza, antes hubo otros estados. Al principio, el dolor era algo entre cómico y trágico, era un palpitar que yo asocio al bombeo de la sangre en el organismo, era como un pequeño " led" que te indica la posición de la lesión. Eran cambios que basculaban entre un hormigueo y una pequeña corriente eléctrica, como espasmos. Ha permanecido conmigo dicha sensación hasta el momento en que ha disminuido la presencia de narcóticos en mi mente, en mi cuerpo. El dolor ha ganado fuerza y protagonismo, ya no es una sensación ambigua de vibración-dolor, espasmo- dolor, ahora puedo decirte que es dolor. Dolor continuado, grave y localizado, mi carrillo inferior derecho es como un magma de calor, cuando he estado tumbado he sentido cómo mi cuerpo, para distraerme la sensación activaba mecanismos desconocidos, me he descubierto moviendo compulsivamente las piernas, me he visto con movimientos nerviosos en la cintura, he recorrido el pasillo, las estancias como un león cautivo, noto la tirantez de la sutura en el interior de la boca, observo la inflamación de mi carrillo, me he convertido en Don Vito Corleone, deformación facial que describe el fenómeno que se desarrolla en mi interior. La lucha por volver a la normalidad. Sólo han pasado tres horas, lo primero ha sido lo más sencillo, aún la anestesia realizaba su trabajo. Sin embargo, ahora los dolores focalizados en la boca se expanden como si se tratara de una enredadera trepadora, ascendiendo hasta mi sien derecha, realizando actividades por toda mi cabeza, la implosión tiene su lugar localizado, pero las consecuencias, se empiezan a repartir por toda mi persona. Zumban mis extremidades, largos dedos que te escriben y piernas con déficit de riego, la sangre no descansa. De la mujer que presume de estar siempre allí nada se, creo que es mejor, unir ambos dolores, el de las ausencias no deseadas y el dolor físico infringido. Veo mis venas hinchadas, nada atípico en mi, veo mis pupilas en tamaño normal, investigo mi herida, pero no consigo abrir lo suficiente la boca. A veces me pregunto a qué coño obedecen mis comportamientos. No he desayunado, me he comprado un sorbete de limón y una barra de helado para comer, no puedo comer sólidos y he de tomar cosas frías. Mi confianza en los profesionales de la salud, de siempre ha sido grande, sé que ha hecho un buen trabajo, pero joder cómo duele. He de dejarte y sumirme en el autoconsumo de mi autocomplacencia. Otra forma de practicar el onanismo.
Ant, cronista a tiempo parcial.

Del dolor, del sentimiento III
De: 70kilos 257gramos
Enviado: martes, 22 de enero de 2008 22:34:11

Al final, ha sido sencillo. Ahora lo que encuentro es un breve y continuado dolor, algo que simplemente me recuerda qué ha ocurrido. Así, la conclusión que rescato es la de la utilidad del dolor, en si no es malo. Al contrario, advierte que algo no funciona bien. Una sensación de vacío puede llevarte a una actitud autodestructiva, una sensación de descorazonamiento, te puede conducir a una actitud arrogante para contigo mismo, has de averiguar si dentro de ti habita tu mejor amigo o tu peor enemigo. Cuando se habla de sentimientos, viene a ser lo mismo. Así ha transcurrido la tarde. La anestesia ( anestesia pulling teeth, Metallica anno 198y algo) ha desaparecido por completo, así se observa un dolor elegante, honesto y cálido. He debido declinar un encuentro con Folio y he dejado que sonara el teléfono a Rastarrafamán, él no puede comprenderlo. El dolor, como digo es fácil de clasificar. Ubicado donde corresponde, en el maxilar inferior izquierdo, produciendo una ligera hinchazón en la parte mencionada y entregando calor, pues no hay dolor verdadero que no genere calor. No me ha resultado inconcebible éste nano experimento, esperaba que resultara algo más crudo. Me he alimentado a base de barra de helado, concretamente chocolate, vainilla y nata. Toda ella dentro de mis magras carnes, me he masturbado para distraer las sensaciones a éso de media tarde, me he sentido inténsamente aburrido y limitado. No he leído ni una línea hoy, de prensa, de literatura. Había que centrarse en las sensaciones. He dormitado desordenadamente, carente de cansancio al no haber realizado ninguna actividad de desgaste, nada fatigoso. Sólo he pensado en mi circunstancia, en mi perímetro y en todo lo que en mi trasciende, he sido mas que nunca una república, empiezo a ser egoísta, lo que ha de ser cualquier humanoide para sobrevivir. Por ello, añado a colación que del otro dolor ya apenas se refleja apatía y tranquilidad, el dolor de las ausencias no deseadas, el dolor de las personas con las que no has de contar para nada. El proceso de nacimiento y el proceso de muerte se hayan en la más absoluta individualidad del la persona, si lo más trascendental de ésta vida ( nacimiento y muerte) se desarrolla en completa soledad, ¿ por qué no dar el valor que merece algo de lo que siempre he huido? la soledad. He huido de ella desde que tengo uso de razón, el hecho de haberme criado dentro de una amplia familia, me ha hecho desarrollar un fuerte sentimiento de individualismo, se puede decir sin caer en el tópico que me he criado en la puta calle, a la cual estoy muy agradecido; de la calle absorbes conocimiento del cual dudas su utilidad, pero lo absorves de modo natural. De la familia que el destino te ha asignado, has de adoptar una serie de roles adquiridos, una serie de orientaciones impuestas. Reivindico la pureza de lo natural y cotidiano, reivindico el fracaso como escuela de aprendizaje. He huido de la soledad creando mundos paralelos, de pequeño. Mi dificultad adherida a una extrema timidez e inseguridad, así como mi hiperactividad en todas las áreas vitales condicionó mi infancia como un periodo de fantasías anónimas, como un plazo de tiempo autoformativo e individual. Establecía lenguajes con entes deshumanizados, buscaba lenguaje carente de reciprocidad, nunca hubo respuesta. Quizá por egoísmo resultaba satisfactorio. Fui creciendo, adquiriendo malas artes, robaba, me iba de safari al bolso de mi madre, me apropiaba de cualquier cosa que brillara o tuviera valor. Trataba de ganar reconocimiento público entre los mios. Los beneficios de cada palo que daba, los gastaba en petardos y demás alaracas que me imbuían protagonismo en el colectivo. Compraba la amistad. Lógicamente, aquello no podía durar mucho tiempo, el siquiatra se aventuró a decir que era un modo que tenía de llamar la atención. A los siete años, mi padre me confesó que no me quería, lo cual, dicho de paso es de agradecer por dos motivos: a) sinceridad y b) naturalidad. Lo cual es reprobable por dos motivos, a) crueldad, b) injusticia. Como antes he dicho, yo en el limbo de las personas NUNCA pedí que nadie me convocara a éste mundo ni en éstas circunstancias. Fui creciendo en todos los sentidos, en inteligencia, en habilidad y en maldad, incluso. Aprendí a montar en bicicleta solo, aprendí a nadar sólo, descubrí lo poco que debo a nadie de los que moran éstas tierras secas. Aprendí a perfeccionar tácticas de guerrilla, me dediqué a prender fuego a coches abandonados en la calle, para ver el espectáculo de luz, energía y destrucción que un niño de doce, quince años puede hacer con un mechero. Quemé un colegio y años mas tarde provoqué estragos en el de mi hermana, fui expulsado del mio sin que se descubriera que había sido el saboteador del mismo, provoqué robos de examen, pintadas anticlericales y acabé coronando con una inundación las fiestaspatronales de San Agustín. Al final he resuelto que no soy malo, que soy bueno. Son discusiones filosóficas que he mantenido dentro de mi cortex cerebral. El tiempo, me ha educado y me ha dado un enfoque de la realidad, la lectura ha sido el analgésico oportuno para evitar daños mayores, para evitar daños colaterales. Sea muestra de agradecimiento mi nueva actitud pretenciosamente creativa de juntaletras. El sabor de la sangre que sigue manando dentro de mi boca me recuerda el motivo por el cual he convocado tus ojos en la lectura de mis letras, pero todo lo leído anteriormente, me hace comprobar que por encima del dolor físico prevalece el alma. No trato de poner las cosas en su sitio, simplemente te cuento con frescura que estoy contentísimo con mi trayectoria hasta ahora, nunca el tiempo es perdido, de todo he aprendido. Es más, dudo haber construido un carácter como el que poseo si el medio en el que habito hubiera sido diferente. Por ello, agradezco a mis progenitores haberme criado, agradezco a los mios haberme padecido, agradezco al sol verlo cada mañana. Agradezco sentir el dolor, me recuerda que sigo vivo. Sin relativismos, lo digo a fe.
" Asómate a éste precipicio, no han condenado a nadie por ser testigo"
Violadores del verso, Vivir para contarlo/ Asómate.

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